Good bye, number, Good bye


Hola a todos, cómo van las cosas, espero que muy bien. Ya en otros momentos me he referido a algunas historias con números, como en 0,97, 0,89, y en 82-78=confusión.

Hoy les traigo otra, porque ha  llegado el turno de decirle adiós a una compañía que estuvo en nuestra casa desde junio de 1997 y que, para sentir su presencia, a lo largo de los años tuvo muchas maneras de manifestarse. Me estoy refiriendo a nuestro número de teléfono fijo.

Con los avances llegan los cambios, y con los cambios, nuevas necesidades y ofertas. Y ciertamente la telefonía no ha sido la excepción. Un somero recuento de este servicio nos puede llevar a recordar que antes, las comunicaciones iniciales se hacían por operadores que comunicaban a las personas, fueran llamadas locales, nacionales o internacionales, o la existencia de servicios de larga distancia en algunos puntos, como fue el caso de Telecom en Colombia. Luego se automatizó la prestación del servicio, mediante sistemas de discado, más tarde las comunicaciones por medio de tonos y actualmente las formas inalámbricas, celulares e Internet.

Eso ha implicado un cambio de infraestructuras y dispositivos, cosa a la cual muy seguramente ninguno de nosotros ha sido ajeno, si no me creen, recuerden solamente cuantas veces han tenido que cambiar de aparato celular.

Así las cosas, nuestro número fijo había sufrido una transformación hace algún tiempo porque pasó de ser por cable, a ser conmutado por Internet a través de mi prestador de servicio, con la correspondiente molestia de que, si se caía Internet, nos quedábamos sin línea telefónica. Aunque en honor a la verdad, se trataba de un servicio que había venido cayendo en desuso, justamente por la comunicación celular. 

Fueron muchos años y muchas las llamadas antes de la era celular, las que realicé por ese servicio, cuyo cobro solía llegar acompañado de una factura donde se pormenorizaba la menor de las marcaciones y que se acrecentaban en épocas decembrinas, cuando las líneas se saturaban, al querer comunicarnos con nuestros seres queridos en la distancia.

Mediante ese teléfono logré comunicarme con mi amigo del alma cuando estuvo haciendo su rural en selvas colombianas, las llamadas casi semanales a mis padres cuando vivían en Bogotá, o los contactos con Doris, cuando iniciamos nuestra relación, debido a que me había ausentado de la ciudad al visitar a mi familia.

Fue el medio por donde recibimos llamadas de alegrías, tristezas, insultos e insinuaciones, incluso un intento de chantaje en la época en que estuve solo en mi hogar.

El mes pasado, mi operador de servicios de telecomunicaciones, me llamó para ofrecerme un nuevo plan para mi hogar, en el cual se incluía la cancelación de la línea telefónica, con una mejora en el precio y un plan celular. Debo decir que accedí bastante fácil al ofrecimiento, ya que el teléfono fijo realmente ya no lo estábamos utilizando, lo queramos o no, en casa nos entendemos ya mucho más por celular y así nos pasa con la inmensa mayoría de conocidos. 

Ayer me di cuenta de que, al fin, el tono de la línea telefónica de nuestro hogar dejó de sonar, y de su existencia quedaron como testigos mudos, los dos teléfonos que acompañan este relato, y que fueron el cuarto dispositivo de los que tuvimos en casa, que por cierto, están en muy buen estado.

Los tiempos cambian, las circunstancias cambian, las tecnologías cambian, sería bueno que las personas también cambiaran para mejorar, para que fuéramos seres humanos más integrales, más propensos al servicio, a la generosidad, la tolerancia y el respeto. Si un sistema de comunicación ha podido transformarse tanto con el paso de los años, no es descabellado que las personas, quienes lograron esos cambios, puedan hacer lo mismo con sus existencias. Ustedes saben que muchas veces he dicho que como especie todavía nos falta mucho por mejorar, y no pierdo la esperanza, ya que pese a las cosas malas que ocurren, hay mucha gente buena que trata de hacer del mundo un lugar mejor.

Descanse en paz mi viejo número telefónico en el lugar donde sea que llegan los números olvidados y muchas gracias por habernos permitido tantas y tan significativas comunicaciones.

Hasta la próxima.






Comentarios

  1. Bueno 🥹 querido amigo un adiós más a viejos tiempos. El cambio es la constante en estos tiempos. Lo importante es que se dijo adiós a u número; pero no a los contactos, ni amistades. Y por supuesto quedan los recuerdos del número fijo 🤣😂🫂

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  2. Hola, lo importante fue que cuando lo necesitas te le diste un buen uso, ahora nuestro reto es procurar darle un buen uso a la tecnología de comunicaciones, para que en realidad nos acerque más uno a otro y termine por alejarnos aun mas. Un abrazo, saludos, chill 👋

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