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foto de Autor desconocido está bajo licencia CC BY
Saludos itinerantes, espero que hayan tenido unas Navidades en paz y familia con muchas alegrías.
¿Alguna vez tuvieron lista de pendientes o de cosas que querían hacer? Yo recuerdo que cuando era muchacho, entre las cosas que rondaban en el imaginario de la época, estaban sembrar un árbol, volar en globo, escribir un libro, tener un hijo y lanzarse en paracaídas, así que hoy me doy a la tarea de contarles un poco acerca de esta lista de deseos.
Si sembré un árbol en el colegio, tal vez en noveno o décimo grado, dentro de una campaña de arborización que hubo en un parque contiguo al Codif, mi antiguo colegio del cual les hablé hace un par de semanas. La actividad la coordinó la profesora Ruth Mery, fuimos entusiastas al parque con nuestras herramientas de labranza y nos distribuimos en diferentes puntos siguiendo las instrucciones para el sembrado.Parte de la actividad era visitar posteriormente el árbol sembrado y ver cómo iba su crecimiento. Recuerdo que estuve en otros tres o cuatro momentos, y recuerdo que en una de esas visitas hasta le conversé a mi árbol, tal vez por aquello de que las abuelas les hablan a las matas para que se pongan más bonitas. Grande fue mi sorpresa cuando en la última visita, no encontré ni rastro de la planta sembrada, se la habían llevado del lugar, seguramente para adornar algún antejardín o solamente por hacer la maldad.
Mi vuelo en globo fue cambiado por uno en avión, específicamente en un Hércules de la Fuerza Aérea, una Navidad hace muchos años, cuando un grupo de uniformados estábamos disfrutando de un permiso navideño. Como se trataba de un apoyo entre fuerzas, tuvimos que esperar varias horas en el aeropuerto donde nos encontrábamos, jornada que se acompañó con una generosa dosis de "jugo de cebada" (léase cerveza).
Si mal no estoy, creo que volamos hacia las 4 de la tarde. El avión me pareció enorme y las sillas estaban adosadas hacia las paredes del aparato, como se ven en las películas. Incluso nos tocó refrigerio en un vuelo de tal vez 40 minutos. Luego supe que los refrigerios no eran para nosotros, pero alguien los descubrió y no tuvo mayor reparo en compartirlos.
Escribir un libro en el sentido estricto de la palabra, no lo he hecho, pero tuve la buena fortuna de hacer parte de uno hace unos años, además de lo que hago con estas líneas.
Escritores de mi barrio fue una publicación de la Fundación Grupo Familia y la Fundación Ratón de Biblioteca, que recogió los trabajos ganadores de los concursos literarios de los años 2012, 2013 y 2014, correspondiéndome a mí quedar seleccionado en el segundo puesto de crónica del año 2012 con mi trabajo "Los sueños del Expreso", en homenaje a una bella experiencia de esa época llamada Expreso Literario.
La publicación se hizo en el año 2015, pero solo hasta el 2017 me hicieron entrega de mi ejemplar de cortesía, curiosamente al poco tiempo de haber iniciado mis labores en el Fondo Editorial del ITM aquí en Medellín.
No se imaginan la emoción tan grande que sentí al ver mi nombre impreso en la solapa de ese libro, ese si que fue un sueño hecho realidad, fue una sensación muy especial, quedar inscrito en las líneas de la literatura, así haya sido con ese breve aporte de mi crónica, no es algo que se de todos los días.
De hijos, ya les he contado algunas cosas de Sofi, fruto de mi feliz matrimonio con Doris. A ella se han sumado Michael y Kelly, los hijos mayores de Doris, y nuestras nietas Nicoll y Mariángel, así que a falta de uno, tengo tres hijos y dos nietas.

Y de lanzarme en paracaídas, tuve lafirme intención en el año 94, cuando le solicité a uno de mis superiores inmediatos, poder hacer parte de uno de los cursos de paracaidismo del Ejercito para los cuales estaban haciendo convocatoria, pero no obtuve respuesta favorable, ya que no había la posibilidad de conseguir un suplente para mi cargo en esa época, y viéndolo en retrospectiva, fue mejor, ya que a finales de ese año 94, me diagnosticaron con artritis reumatoidea debido a una fuerte crisis de salud que tuve que me produjo fortísimos dolores e inflamaciones generalizadas mucho tiempo. Por fortuna y gracias a los tratamientos y cuidados, la enfermedad se ha mantenido controlada hasta ahora.
Todo lo anterior es para decirles que no dejemos de soñar y confiemos en que es posible lograr lo que nos proponemos. Ya se acerca el fin de año, las empresas hacen balances, las personas vemos lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, pero más allá de ponernos metas y no porque eso sea malo, tener aspiraciones es un muy buen estimulante, es necesario vivir y disfrutar el hoy.
Les deseo a todos un feliz y venturoso Año Nuevo 2025, que puedan vivirlo con alegría y prosperidad, que puedan afrontar el día a día con entereza y alegría, y que logren sus objetivos, y si no los alcanzan, no lo vean como una derrota, sino como una señal de que no siempre todo lo que nos proponemos, lo requerimos.
Espero poder seguir contando con ustedes en esta aventura literaria en el año venidero y que podamos crecer como comunidad. Esta es mi última nota del año.
Un abrazo.
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Gracias, gracias por ese texto tan real y tan personal. Bendiciones
ResponderEliminarA ti por leerme
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