Ga-tubre


Les presento a Salem. No había tenido ocasión de hablarles de el, así que aquí una breve biografía de este simpático felino.
A finales de agosto del 2022, un poco después de la partida de Izzy (los invito a leer Para Izzy con cariño), mi nieta Nicoll llegó con un gatito negro muy pequeño, según ella, rescatado de una caneca de basura, aunque algún tiempo después nos enteramos que había sido un regalo de una amiguita, pero empleó esa estratagema para motivar sentimientos de aprecio en mi hija Katy.
Cualquiera que haya sido la estrategia, lo cierto es que el gato, poco a poco se fue ganando el corazón de mi hija Kely, y en cierta medida le empezó a ayudar a sanar la tristeza que la partida de Izzy nos había causado un par de meses antes.
Al ser tan chiquitín, no supimos si era hembra o macho, así que en un principio fue nombrado Sabrina, pero con el pasar del tiempo, sus caracteres sexuales machos empezaron a aflorar, razón por la cual su nombre cambió al de Salem, aunque a el le da lo mismo ocho que ochenta cómo lo llamen, como suele pasar con los gatos. Llegado el tiempo oportuno, lo mandamos a operar.
Es un gato bastante vivaracho, bonachón, parece una pequeña pantera negra, aunque pequeño propiamente no es que sea, algo nervioso cuando sale de casa y en términos generales bastante tranquilo.
Durante sus primeras noches en su nuevo hogar, tenia un corralito para dormir y en las madrugadas escalaba por el tendido de la cama de mi nieta y la buscaba para dormir con ella y mordisquearle los dedos, y cuando Kely entraba a la pieza, se erizaba y le escupía. Usualmente, la hora del gato despertar a Nicol, era alrededor de las cuatro de la mañana, poco antes de la hora en que ella se levantaba para ir al colegio.
Al ser tan pequeño, fue necesario remojar su cuido, ya fuese en agua o en leche para facilitarle su ingesta. Incluso, tuvimos que alimentarlo con tetero y ayudarle a evacuar sus esfínteres estimulando su orto a punta de copitos con agua tibia y sobando su panza, porque todo indicaba que no había podido recibir instrucciones gatunas de su progenitora.
Solía llevarse bien con nuestro gato Timmy Alejandro, de hecho, este último le enseño a tirarse desde un murito que hay en la cocina de la casa, que separa la sala. El día menos pensado, al minino pequeño lo habíamos subido al mencionado murito y su tío, sin contemplación alguna, lo empujó para que cayera sobre un sofá de la sala. Doris y yo fuimos testigos del hecho, mismo que nos causó bastante gracia. También recibió de Timmy clases de cómo usar el arenero, ya que el pequeñín hacia sus necesidades y no tapaba, lo que conllevaba a que las idas al baño en compañía del gato adulto responsable se acompañaran de sendos sopapos y por lo visto, además de haber aprendido la lección de tapar, esto no causó enemistades entre los félidos.
Como todo gato, Salem tiene su punto de tolerancia para los mimos y cuando ya se cansa de recibir demasiadas muestras de afecto, agita su cola para que cesen los cariños, momento oportuno para dejarlo en paz.
Ha resultado ser una compañía muy grata para nuestra hija y nieta; cuando Kely llega del trabajo, el la busca y le ofrece su afecto, y ella lo agradece mucho, ya que resulta muy reconfortante acariciarlo. Nosotros vamos a verlo a su casa de cuando en cuando, porque la verdad no se amaña mucho en la nuestra, aunque ya las dos últimas veces que ha venido lo hemos notado un poco más a gusto, sin embargo, en lo particular, ni Doris ni yo somos mucho de cambiar los ambientes de los gatos, salvo por fuerza mayor.
Así las cosas, Salem es otro de los animales de compañía que nos han cambiado la vida. Detrás han pasado Timmy, Izzy y Festiniño, además de Lory, la lora, y algunos otros periquitos ornamentales, con sus sonidos, actitudes y ocurrencias.
Recordemos aprecias a estas mascotas, son muy beneficiosas en un hogar. Hasta la próxima.
Sí... que especial; ellos llegan en el momento oportunudo; realmente es maravilloso como transforman los espacios, la cotidianidad, mejor dicho: todo!. Yo he migrado y en cada viaje arranco con mi gatica y todo; de Colombia a Chile y de Chile de nuevo a Colombia... porque la familia no lo abandona a uno... jajajaja aquí está la regalona de la casa... :)
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