Otros bigotes, otros cariños
En enero de 2023, les conté la historia de nuestra mascota Timmy Alejandro (De bigotes y cariños).
Desde hace algunos meses, nos viene haciendo compañía transitoria la gatita que acompaña estas líneas. Se llama Milu y es de nuestra vecina, doña Ofe. Milu llegó a ese hogar luego de la pérdida de un perrito que ellos tenían, llegó embarazada y nadie sabía hasta muy avanzada la gestación, tuvo tres gatitos, de los cuales dos adoptaron y ella quedó con la hija Cory y otra gata que había antes, llamada Niña.En un principio, cuando salíamos a nuestras caminatas matutinas, le hacíamos el juego desde la ventana, pero salía espantada. Luego, paulatinamente, empezó a corresponder poco a poco a los juegos. Por esas cosas de la vida, doña Ofe le dio la libertad de explorar un poco el entorno, al punto que desde las 4 de la mañana ya está pidiendo que le abran la puerta de la calle. Es de mencionar que, hasta ahora, no se sale de la cuadra y suele ejercitar con bastante éxito el arte de la cacería, llevando con alguna regularidad sus trofeos a nuestra casa.
Un día cualquiera la entramos a nuestro hogar y, aunque un poco incómoda, se paseó por el primer piso y salió. Paulatinamente empezó a tomar más confianza y a durar mas en casa, comenzando sus exploraciones por todos los rincones, llegando incluso a ocupar los mismos escondrijos que antes ocupaba Timmy, lo que nos lleno de nostalgias y alegrías a la vez.
En las mañanas entonces, sale, pasea, a veces caza y cuando abrimos la puerta, va y nos busca, entra en la casa, a veces come su alimento o toma agua, y en el mejor de los casos, nos busca en el cuarto y se acuesta a dormir con nosotros.
Es una gata bastante cariñosa que nos alegra mucho los momentos que permanece con nosotros. Aunque seguimos con la idea de no tener mascotas propias, nos contentamos con saludar las que hay en otros hogares o los que vemos en nuestras caminatas.
Debo decir que, en lo personal, siento mucha rabia contra aquellas personas que son capaces de abandonar sus animales de compañía, es una de las peores vilezas que se pueden hacer en contra de esas indefensas criaturas, y aquí me viene a la cabeza el sin fin de historias ocurridas con abandonos luego de la pandemia, porque muchas personas consiguieron mascotas para tener la excusa de sacarlos a pasear durante el confinamiento, pero una vez superado este, botaron a sus compañeros peludos.
Oscar Wild dijo alguna vez “Si pasas tiempo con los animales, corres el riesgo de volverte una mejor persona”. Así que, es factible que podamos mejorar nuestra manera de ser y nuestro trato con los animales. Si no los puede tener o cuidar por cualquier razón, al menos ofrézcales respeto y una caricia, y si puede, algún alimento. Hay una iniciativa muy bonita en la que se invita a las personas a llevar alguna ración de comida para ofrecerle a animalitos callejeros, nosotros lo hemos hecho y resulta muy gratificante ver esos ojos agradecidos, luego de saciar su hambre. Pequeñas acciones cambian vidas.
Gracias Milu por las alegrías que nos das, no eres nuestra, pero en nuestra casa tienes un hogar de paso cuando lo requieras.
Se me aguaron los ojos, los animalitos tienen la capacidad de conectarnos con el amor que todos y cada uno de nosotros tenemos de fábrica y que a veces por diferentes circunstancias, escondemos tras la cotidianidad.
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