Schola Catedralis, una voz que se eleva en devoción





A mediados de este 2023, mi esposa y yo recibimos una invitación para participar en un curso introductorio de canto gregoriano. 
Lo primero que se me vino a la mente, fueron algunos recuerdos de las pocas lecciones que aprendí en el seminario, pero que, por esas cosas de la vida, dejé de lado una vez me retiré de ese lugar de formación.

Si bien no es una música que haya escuchado con frecuencia, si es algo que suele cautivarme, y sobre todo ahora con las nuevas tecnologías, la empecé a escuchar algo más seguido.

Así que llenos de curiosidad, llegamos a nuestra primera sesión en la parroquia de Santa Gertrudis de Envigado la tarde de un sábado 7 de julio, en donde nos encontramos con un grupo de personas, algunos de los cuales ya estaban haciendo parte del proceso Schola Catedralis que se había iniciado a comienzos de este año, bajo la dirección del profesor Gustavo Adolfo Valencia, hombre muy conocedor del tema y con un gran carisma para la enseñanza.

Durante cuatro sesiones, nos vino inmersos en algo de historia, técnica, partituras llenas de figuras musicales, ejercicios básicos de salmodia, melismas, pero sobre todas las cosas, la transmisión de un conocimiento que data de hace siglos y que, se quiera o no, en lo personal me ha llevado a sentir una conexión muy especial con ese pasado en forma de tesoro musical que posee el cristianismo católico en esta bella expresión de arte musical.

Luego de este curso básico, pasó algún tiempo antes de que volviéramos a tener noticias de la actividad, pero por fortuna, para finales de septiembre, el grupo nuevamente se empezó a reunir en uno de los salones de la Catedral Metropolitana, donde conocimos a algunas de las personas que ya estaban desde el principio del grupo. Resultó ser un grupo muy heterogéneo, con personas de todas las edades, pero todas movidas por un sentimiento piadoso y un ánimo se servicio muy arraigado.

Ese primer sábado estuvimos solamente ensayando y preparando lo que sería el repertorio para el siguiente encuentro, siempre bajo la motivación del profe en el sentido de que el gregoriano requiere mucha memoria, que desde antiguo los coros aprendía de esa manera y que lo que se tiene hoy en día, los textos o en nuestro caso las copias, solo son una herramienta adicional, que por tanto no nos asustáramos con tantos puntitos como aparecen en los tetragramas.

Debo decir que tanto mi esposa como yo, nos guardábamos nuestras reservas frente a la participación en esta actividad, pero a la semana siguiente de este encuentro de preparación, tuvimos nuestra primera participación cantando la misa, y debo decir que fue una experiencia maravillosa, sentir el órgano de la catedral acompañando nuestras voces, sentir la reverberación del lugar, le dieron al acto litúrgico un realce y una solemnidad incomparables.

Ese ha sido el motor de impulso para que nos inclinemos a realizar una nueva actividad, no solo de aprendizaje, sino de espiritualidad, aunque seguimos aprendiendo, hay que repasar mucho, repetir y repetir y repetir, escuchar, ir leyendo las partituras, prestar atención a la forma en que se modula la voz, y de paso, entender lo que el texto latino dice. En estos momentos ya la Schola ha entrado en receso de fin de año y estamos a la espera de que se defina que va a acontecer el año entrante.

La semana pasada tuvimos nuestro ágape navideño, un breve espacio de compartir nuestras experiencias y una sabrosa comida, lo que constituyó la última actividad del año de la Schola. En lo personal espero que podamos seguir adelante, pero eso solamente el tiempo lo dirá. Al profe Gustavo y a mis compañeros, muchas gracias por su acompañamiento y espero que nos podamos volver a encontrar pronto. Felices fiestas


Comentarios

  1. Recuerdo mi época de seminario y al padre Guillermo Gómez gran ejecutor del piano y sus conciertos en la basílica Metropolitana.
    He Sido gran admirador de los cantos Gregorianos.

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  2. Martin y Doris me alegra saber de esa super oportunidad y tan bonita experiencia abrazo!

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