Problemas de procrastinación
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Imagen tomada de https://acortar.link/wdXTir |
Debo confesar, que durante mucho tiempo he sufrido lo que comúnmente se conoce como procrastinación, o sea, el aplazar o el iniciar y, por consiguiente, culminar cierta actividad. En palabras de mi muy querida amiga Isabel Castro, psicóloga, dice que la procrastinación es un talento, por lo que se puede decir que entonces he sido muy talentoso. Les dejo por aquí un videíto donde se explica esta idea: https://www.facebook.com/isa.ccriz/videos/228543096469667
En mis tiempos de estudiante, más siendo universitario, me vi inmerso en que las situaciones de aplazamiento me llevaron a extremos muy grandes, como tener que redoblar esfuerzos para cumplir con mis compromisos académicos, trasnochar o madrugar y dedicar jornadas muy extensas de trabajo. En términos generales, académicamente hablando me fue bien, pero con el tiempo tuve que empezar a dar prioridad a las cosas, organizarme y optimizar mejor el tiempo, así que, en la medida de lo posible, ya muy avanzada la carrera, entré en una tónica de mejor juicio y aplicación a la hora de cumplir con mis deberes, aunque debo reconocer que trabajar bajo presión tenía cierta magia, si se me permite la expresión, ya que obtuve buenos resultados.
Hoy traigo a colación esta anécdota, porque hace unos minutos empezó a llover por aquí por donde vivo, y una vez más se me vino a la mente la reparación que debo de adelantar en el techo de la habitación de mi hija. Hace ya varias semanas compramos una espuma de poliuretano para ponerla en las juntas del tablillado de madera y así minimizar las filtraciones de agua. Desde hace varios días le he dicho a mi esposa “no me dejes olvidar que hay que arreglar el techo” y desde hace varios días, siempre han resultado más cosas por hacer.
Así que, en estos momentos, ando con cierta desazón, porque donde arranque el invierno, ya me estoy imaginando a mi hija moviendo las cosas de lugar para que no se mojen, y es que yo no sé cómo hacen las goteras para caer justo donde no deben, pareciera que tuvieran inteligencia propia, y mueve uno las cosas y las pinches goteras como que se cambian intencionadamente. Espero que el calorcito dure otros días para poder hacer la reparación.
Las situaciones, con el correr del tiempo, cambian. Actualmente no siento la urgencia de hacer tantas cosas, creo que en casa con mi esposa hemos llegado a un punto en que lo que nos gusta es vivir el día a día con lo que llegue, sin ponernos a pensar mucho en lo que va a pasar mañana. Supongo que es también parte del viaje, muchos años vivimos el acelere del trabajo, la crianza, las relaciones sociales, eso no deja se estar presente, solo que la intensidad ha cambiado. Bien dicen que la vida es un ratico y de ahí que debamos disfrutarla de la mejor manera posible, eso no requiere muchas cosas; una caminata, un juego de parques o dominó, una tarde de cartas, un café con los amigos, momentos en familia, son cosas que no cuestan mucho, pero valen demasiado, sin afanes, sin excesos, sin necesidad de invertir tanto económicamente. Es mejor tener amigos y familia que plata.
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