El jardinero lector. (Entrevista medio en serio, medio en broma) (2)
PRESENTADOR. Y lo prometido es deuda, para hoy en nuestra habitual sección ¿Qué hacen nuestros egresados?, les tenemos la culminación de la entrevista a Martín Leonardo Rocha, bibliotecólogo de nuestra universidad. Adelante con la nota.
REPORTERO. . En medio del jardín que ven de fondo, seguimos nuestro diálogo con Martín, quien evoca no sin cierta nostalgia esos días.
(R) ¿Cómo llegó Ud. al colegio?
(ML) Soy una persona de fe, creo en Dios, y creo que cuando se pide con fe, siempre y cuando nuestros deseos estén de acuerdo con ese plan de Dios, las cosas resultan. Pasada la graduación en septiembre del 2014, yo le dije a mi esposa, “que tan bueno sería un trabajito lunes a viernes de ocho horas cerquita de la casa”. A mediados de enero de 2015, me encontré con María Eugenia Gutiérrez, una colega, quien me dijo que estaban recibiendo hojas de vida para trabajar con las bibliotecas de los colegios públicos de la ciudad, postulé mi hoja y a los pocos días me llamaron. El trabajo era como auxiliar, pero aun así lo consideré una buena oportunidad como experiencia. El día que firmé contrato, vi la dirección del colegio al que me habían mandado, cercano a un sector conocido como las mellizas en Medellín, el Colegio Miraflores, a cinco minutos de mi casa en moto. Mi petición fue escuchada.
Tuve mucho que hacer en ese lugar, desde organizar la colección de libros, hacer listados, limpieza, adecuaciones, incluso llevé mi propia herramienta para hacer más propicio el espacio, recuerdo que me tardé como una semana adecuando todo lo mejor posible para la atención al público, eso coincidió casualmente con la semana de inicio de actividades en el colegio. Incluso pasé mis límites de contrato haciendo actividades no contempladas, como la clasificación de la colección, eso para mí era importante para poder darle un orden a la biblioteca, y ese si la fui haciendo poco a poco.
De ahí en adelante, fueron muchas las jornadas de lectura en salones de clase, préstamos, charlas, películas, celebraciones relacionadas al idioma, en fin, todo lo que se me ocurrió para fomentar la lectura. Fueron dos años muy especiales, pero seguía con la connotación de auxiliar, y fue cuando me pregunté ¿entonces pa qué estudiamos?, así que nuevamente me puse a pedir algo más, porque en mi interior sabía que podría hacer mucho. Eso fue a finales del 2016.
(R) ¿Y qué pasó después?
(ML) En ese entonces hacia parte de la junta directiva de una asociación de egresados de bibliotecología, y me puse en contacto con mi profesora, colega y amiga Lina Álvarez, a quien le pregunté si en su lugar de trabajo no habría algo como para mi (Risas). Ella me dijo que posiblemente, que le enviara la hoja de vida. Así lo hice. Y para el mismo día que debía firmar contrato en la biblioteca, comenzando febrero de 2017, me presenté a una entrevista de trabajo en el Departamento de Bibliotecas del ITM, entonces a la cabeza de doña Silvia Jiménez, quien me recibió en compañía de Lina y Jorge Toloza. Resultó ser una propuesta para trabajar en el área de mercadeo y comercialización del Fondo Editorial de esa institución, para lo cual tuvieron en cuenta mi experiencia previa en manejo de inventarios cuando trabajé en el Ejercito.
Debo decir que resultó ser un desafía bastante grande, ya que se trataba de contacto con librerías, organización y participación en eventos del libro, actividades institucionales, lobby publicitario, estados de cuentas, facturación y un largo etcétera, sin embargo, puedo decir que di lo mejor de mí y siento que hice una buena labor.
La pandemia también nos tocó y muchas cosas se tuvieron que hacer desde la virtualidad. Llegamos a tales puntos que solo se nos permitió, luego de la cuarentena, asistir una vez por semana a la oficina para realizar los despachos de los pedidos, y fue también un tiempo muy fuerte de actividades virtuales en las que, por fortuna, tuve el apoyo de mis compañeros de área. Sea ocasión para recordar a Vivi, Tavo, Diana, Caro, Pocho, Andrés y tantos otros que me brindaron su apoyo y acompañamiento.
Pero como todo comienzo tiene su fin, y todo ciclo suele terminar, en mayo de 2021, manifesté mi deseo de no seguir trabajando en el Fondo Editorial, en mi fuero interno seguía soñando con volver a una biblioteca escolar. De hecho, he hecho el intento en repetidas ocasiones, pero de momento, nada todavía.
(R) ¿Es común esa situación, quiero decir, no conseguir trabajo fácil?
(ML) Se lo pongo así, entre mis colegas, tengo una que produce y comercializa salsas, otro hace dibujos, una más, se especializó en deportes y ahora dicta clases en un gimnasio y da clases personalizadas. Lo que quiero decir es que nosotros, pese a contar con una ley que avala el ejercicio de nuestra profesión, no siempre contamos con la voluntad ni política ni de las instituciones para que nuestra labor sea plenamente valorada y reconocida por lo que es. Que ha habido avances en los últimos años, sí, pero siento que todavía falta un camino muy largo por recorrer y a los gremios de profesionales les queda una tarea muy grande, no porque no hayan hecho cosas, sino porque las condiciones no se han dado del todo. Evidentemente hay muchos colegas que están haciendo un gran trabajo, pero también es cierto que no todos los egresados tienen las mismas oportunidades o posibilidades.
(R) ¿Qué es lo mejor de la bibliotecología?
(ML) Tantas cosas… la oportunidad de conocer y entender el libro, de aprender y convivir con los usuarios de las bibliotecas, la ciencia que hay al interior de una clasificación de un ejemplar, las posibilidades de hacer promoción de lectura. Cuando empecé a estudiar esta carrera en lo personal no era un buen lector, Ahora, mínimamente leo un libro al mes, y en mi mejor racha hasta cuatro. Y leo por el solo disfrute de hacerlo, porque eso me permite viajar sin pagar pasajes.
Mi esposa suele reírse de mi porque me meto tanto en la película del libro, que muchas veces termino hablando solo, asombrándome o preguntando cosas en voz alta al estar leyendo. Esa es una magia que me fascina, conocer mundos, personajes, criaturas, lugares. Eso si se lo debo realmente a mi carrera.
(R) ¿Y ahora qué sigue?
(ML) Vivir lo mejor se pueda, día con día, Desde el 2021 he tenido la oportunidad de acompañar a una gran amiga, Bárbara Lins, en los eventos principales del libro de la ciudad, son actividades pasajeras, pero me gustan, porque me ponen en contacto con otra realidad de ciudad, porque me permiten ver que mucha, muchísima gente, comparte conmigo la pasión por la palabra escrita y eso dice mucho de una sociedad. También seguir escribiendo, supongo, como lo digo en mi blog, es mi catarsis personal poder plasmar mis pensamientos en palabras. Tal vez no tendré una gran hinchada (risas) pero tampoco tengo la idea de convertirme en un García Márquez o en un King. Y tratar de dedicarle algo más de tiempo a las plantas (Risas).
(R) Y así, con el rastrillo para las hojas a un lado y una sonrisa, nos quedamos con esta historia, no sin antes recordarles nuestra próxima cita. Sigan ustedes en estudio.
PRESENTADOR. Hasta aquí nuestra emisión, recuerden seguirnos en nuestras redes sociales y compartir nuestros contenidos. Hasta nuestro próximo encuentro.
Ojalá todo el mundo, desde el barrendero hasta el rey tuviera la oportunidad de escribir las minucias de la vida, para que quien las lea entienda que no hay un solo mundo y que existen muchos universos a la mano. De ser así seríamos una meca de conocimiento y sabiduría
ResponderEliminarSabias palabras mijo, gracias por ese pensamiento tan bonito, un abrazo
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