Cuando no entendemos la sed del otro

 


Imagen tomada de https://acortar.link/cyrvpG


Saludos a todos, espero que se encuentren muy bien.

Desde hace algunos días, se viene anunciando con bombos y platillos por parte del DANE y los medios de comunicación, que ya la canasta familiar había llegado a su techo y estaba empezando a dar señales de reducción en sus costos, ya incluso algunos almacenes de cadena han hecho similares declaraciones, todo con el ánimo, al fin, de suavizar el bolsillo de los colombianos. Espero que tanta belleza sea cierta, porque de momento aquí en Medellín “falta pelo pa´l moño”, o al menos es la percepción que tengo todavía.

 Esto me llevó a recordar un caso en particular que se presentó en redes hace algunos años cuando comenzó la crisis en Venezuela, en donde una madre de familia con lágrimas en los ojos contaba que ya la plata no le alcanzaba ni para comprar tres pollos para alimentar a su familia, situación que generó los consabidos comentarios, muchos de ellos despectivos, de burla y menosprecio. Si bien es cierto que no estamos como Venezuela, y Dios nos libre de llegar a esos extremos, no se puede dejar de lado que la realidad del país en materia de poder adquisitivo se ha visto bastante afectado por diferentes factores que nos tocan de forma directa o indirecta: que la guerra entre Rusia y Ucrania, que el costo del dólar, que los insumos, que los aranceles, que el orden público, que los arriendos, que los servicios públicos, etcétera, etcétera.

 Todos hemos escuchado esas tristes noticias que nos dan cuenta de familias que a duras penas logran hacer una comida al día, y muy seguramente muchos de nosotros nos hemos visto enfrentados a hacer reducciones de gastos muy drásticas, dejando de lado algún antojo o simplemente mermando nuestras porciones de alimento porque verdaderamente sentimos que la vida está muy cara. Hace unos días, medio en serio, medio en broma, le decía a una amiga que, como van las cosas, vamos a tener que pensar seriamente en adelantar algún cultivo hidropónico en nuestras casas que nos permita ayudarnos con la consecución de algunos productos.

 No podemos dejar de lado que muchas personas, incluso algunos de nosotros podemos estar pasando momentos difíciles en materia económica, de ahí la importancia de generar sentimientos de empatía hacia aquel que cuenta llorando su historia, así esta hable de que la plata no le alcanza para tres pollos con que alimentar a su familia. Tal vez muchos quisiéramos al menos comer pollo una vez al mes, y tal vez hay quien lo pueda hacer una vez a la semana, pero mi invitación a reflexionar hoy es precisamente a generar esa empatía y, a reconocer que también nosotros pasamos momentos difíciles y que esos tres pollos pueden estar representados en cualquier cantidad de situaciones de carencias que podamos experimentar.

 De corazón espero que tan gratas noticias en materia económica sean ciertas y más aún que perduren el en tiempo, porque si hay algo de lo que estamos llenos en Colombia, es de la especulación de precios por culpa de unos comerciantes que no siempre se ponen la mano en el corazón en pro de la sociedad. No digo que no tengan derecho a ganar, a fin de cuentas, ese es su trabajo, digo que ganen equitativa y justamente, sin abusar, sin aprovecharse y sin echar mano de aquel adagio que dice que “la oportunidad la pintan calva”

 Y ustedes ¿qué han podido experimentar en materia de precios de los alimentos? ¿si ven algunos cambios? Recuerden comentar y compartir

Un abrazo y hasta la próxima

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