Recordando que he olvidado
Imagen tomada de https://acortar.link/p97BBv

No se si sea por el paso del
tiempo, o porque el cerebro, ese maravilloso computador personal, realmente
hace de las suyas y va liberando espacio a medida que cierta información no se
necesita. Aún hoy en día, no se sabe con exactitud cuál es la capacidad de
nuestro cerebro para almacenar cosas, lo que si se sabe es que esta función es
muy elástica y gracias a las conexiones neuronales, se torna bastante
eficiente.
Traigo a colación el tema,
porque esta semana tuve un episodio bastante particular con una película que vi.
Desde hace mucho me han gustados las películas animadas de DC comics y suelo
estar atento a sus estrenos anuales. Pues bien, el fin de semana pasado estuve
viendo de nuevo Batman Ninja, pero el asunto es que, si bien recordaba haberla
visto, y esto va a sonar contradictorio, no recordaba lo que había visto, fue casi
hasta el final de la película que se me “encendió el bombillo” y pude recordar
de nuevo que, efectivamente, si la había visto.
Y me suele pasar que
simplemente olvido cosas que dejan en mí esa sensación de “lo tengo en la punta
de la lengua”, a veces, resultan después de mucho tiempo, muchas veces sin siquiera
estar pensado conscientemente el asunto, el recuerdo aflora así nada más. Esto
se debe a que nuestro cerebro sigue trabajando todo el tiempo, ya que se
encarga de un sinfín de actividades de las cuales no siempre nos damos cuenta,
como el respirar o el proceso circulatorio.
Y para los nombres… ay Dios, déjenme
decirles, para eso si que soy despistadísimo, los rostros me son fáciles, pero
los nombres es otra cosa, así que si algún día me quedo viéndolos con algo de
desconcierto, ya saben a qué se debe. También es muy curiosa la manera en que
nuestro cerebro recuerda mejor unas cosas que otras, yo a estas alturas, todavía
recuerdo de mi infancia que tomaba tetero frotando el borde de una cobija a
rayas que tenía un borde de una tela muy suave color plateada, o que tuve que
escribir muchas veces en la escuela las tablas de multiplicar para aprenderlas
y todavía las recuerdo, o poder recordar la trama de un libro aunque a veces se
me escapen sus personajes, será por eso que me gusta tanto releer y volver a ver
películas.
No me quiero imaginar cuan
compleja puede ser la vida cuando se tiene alguna de estas enfermedades que
poco a poco van deteriorando la memoria, en lo particular eso me causa cierta
inquietud, así que, por lo pronto, no estaría de más escuchar aquellas voces
que recomiendan ejercicios diversos como la lectura, los crucigramas, las sopas
de letras y los sudokus para ayudar a oxigenar la mente y que se activen sus
conexiones.
Y a ustedes ¿cuál es el
recuerdo más antiguo que aún conservan en su memoria? ¿les ha pasado que
olvidan algo importante y tiempo después lo recuerdan así de repente? los
invito a que me cuenten esas experiencias, seguramente pueden presentarse
similitudes de unos con otros. Un abrazo y hasta la próxima.
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