De símbolos e incertidumbres.



 

Hola a todos, espero que se encuentren muy bien. Ando un poco atrasado con a nota, en casa estamos en algunas adecuaciones, un brochazo aquí, una puerta allá, sacada de corotos viejos, así que hemos pasado entretenidos con deberes caseros.

El fin de semana, se celebró el 7 de agosto, fecha que rememora la Batalla de Boyacá y en la cual, además, se realizó la posesión del nuevo presidente de los colombianos.

Respecto a lo primero, una vez más me llamó la atención el poco o nulo interés que existe en las personas por el empleo de los símbolos patrios, en este caso, la Bandera Nacional. En mis años mozos recuerdo que las fechas patrias se llenaban de color con la exposición del tricolor nacional, unos grandes, otros pequeños, pero siendo una constante que eran muchos los hogares que los empleaban.

Me puse a mirar entonces la reglamentación que existe frente al tema, y me encontré que hay un Decreto, el 1967 de 1991, que reglamenta el uso de los símbolos patrios: la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional, y ya en su primer artículo indica:

Artículo 1. Es obligación izar la bandera nacional en todo el territorio colombiano en los edificios, casas y dependencias oficiales y particulares, en las siguientes fechas: 20 de julio, 7 de agosto, 12 de octubre, 11 de noviembre y fiesta nacional del Sagrado Corazón de Jesús.

Y en su artículo 19, da la potestad a las autoridades competentes para las sanciones a que se diera lugar:

Artículo 19º. Compete a los alcaldes o a quienes hagan sus veces, imponer multas de cinco (5) a diez (10) salarios mínimos diarios legales:

-          A quien no ice la Bandera Nacional en lugar visible al público en los días indicados en el presente Decreto.

-          A quien ice la Bandera Nacional en mal estado, desteñidos los colores o alterada la composición de ellos en su forma original.

-          A quien irrespete los símbolos patrios.

Así las cosas, no izar el pabellón en las fechas estipuladas, costaría $333.333, cosa que hasta donde yo sé, no sucede. Si no, para muestra un botón. Las fotos que acompañan esta nota, las tomé, una por la cuadra donde vivo, más exactamente en mi casa y otra en la cuadra contigua, no vi ninguna otra en cinco cuadras a la redonda a mi lugar de residencia.

Decir por qué sucede esto, sería entrar de lleno al maravilloso mundo de las especulaciones, podrían ser muchas cosas: olvido, falta de interés, pérdida del sentido patrio, no tener bandera, etcétera. Lo cierto del caso, es que, en lo particular, esta falta de manifestaciones me causa cierto pesar, será porque todavía creo en mi país y guardo la esperanza de que las cosas mejoren para todos, pese a todas las cosas negativas que se presentan a diario Tal vez peco de soñador, pero por fortuna eso es algo a lo que todavía no le están cobrando impuestos.

El segundo acontecimiento tuvo que ver con la posesión del nuevo presidente de los colombianos, alegría para unos, preocupación para otros. Una ceremonia llena de muchos simbolismos, con unos discursos contundentes, llenos de muchas cosas que han causado una serie de sentimientos encontrados y de nuevas incertidumbres por todo lo que el desarrollo del programa de gobierno va a traer a la población colombiana.

Se ha iniciado un huracán con todos los anuncios fiscales, laborales, educativos, económicos, de seguridad, etcétera y apenas se está empezando. No voté por el presidente, pero por respeto, lo reconozco como el elegido en el ejercicio democrático que se adelantó en el país del cual hago parte y lo menos que puedo hacer es darle el beneficio de la duda, a él y su equipo de gobierno, tan variopinto y muchos de ellos, creo yo, muy capaces y experimentados.

Aquí no podemos “ensillar antes de traer la bestia”, es necesario ver el paso de los acontecimientos, de qué manera se van a ir consolidando las ideas, y si se llega el caso de que se presenten fallas, también levantar la voz e interponer las acciones legales a que se dieran lugar, ya que no podemos seguir siendo indiferentes a lo que acontece en nuestro país, como tampoco lo podemos seguir siendo ignorando nuestras raíces y nuestros símbolos patrios.

Hasta la próxima.

Comentarios

  1. Muy interesante la reflexión, máximo cuando toda una generación se ha empeñado en enlodar todo lo que represente institucionalidad; esto no es más que el resultado del populismo exhacerbado que "remedos de político" entre ellos nuestro actual mandatario le ha vendido a la sociedad.
    La gente siente inconformismo, pero no saben con qué, la gente quiere cambio, pero no saben de qué.
    Una sociedad sin simbolos, sin referentes de valores y principios simplemente tiende a acabarse. Vamos a pasar de ser humanos pensantes o pensar lo que algunos pocos quieren que pensemos.
    Hoy en día lo raro marca tendencia, lo irreverente es de admirar, vanagloriamos a quienes dicen llamarse "minorias" y todos debemos mirarlos como los "nuevos dioses".
    Esa reflexión suya tiene que ir más lejos y ser tema de almuerzo en todos nuestros hogares, porque si bien es cierto que nosotros vamos de salida, los muchachos que nos siguen el paso se van a estrellar con una sociedad de m..., Que antepone el bien particular por el bien común. Dios bos ampare.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente el tema es mucha tela para cortar, espero poco a poco poder ir haciendo algunas otras reflexiones, porque seguramente van a resultar muchas cosas por decir, gracias por la apreciación

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Otra vez, no es más que un hasta luego

Astrid

Don Mario