Bienvenidos al blog de La nota itinerante

 Hola a todos, espero que se encuentren muy bien.

Me he querido soltar al ruedo con esta modalidad de escritura como lo es el blog, donde voy a empezar a depositar todas mis notas itinerantes previas, cosa que puedan tenerlas disponibles para su lectura y disfrute, pero antes, una pequeña aclaración.

La nota itinerante nació como un ejercicio personal de escritura, donde he querido ir plasmando recuerdos, anécdotas, opiniones, cosas del diario vivir, que en muchas ocasiones pueden concordar con las experiencias de otras muchas personas, con el ánimo de causar la sensación de "eso también me pasó a mí"

También es una manera de recordar y hacer perdurar esos recuerdos, ya que no han sido pocas las ocasiones en que, escribiendo, he revivido cosas de un pasado que yacía olvidado o escondido en el último rincón de mi mente, lo que me ha permitido interactuar con familiares y amigos para ayudar a recordar alguno que otro detalle sobre lo que he querido hacer mención.

También, la nota itinerante me permite interactuar con aquellos que a bien han tenido ocasión de leer y comentar, con lo que se logra afianzar vínculos y compartir experiencias que poco a poco me ayudan a enriquecer mi proceso de escritura, porque el interactuar suscita nuevas experiencias y recuerdos, insumos indispensables para quienes procuramos adelantar este ejercicio de plasmar las palabras.

Esta nota la hice efectiva en Facebook y ha pasado diversos momentos. Primero fue la nota del martes, luego la nota del jueves y por último tomo su nombre definitivo, La nota itinerante, debido a que no cuenta con una rigurosidad en su elaboración, en el sentido estricto de tener una periodicidad constante, más bien obedece a la inspiración que las musas causen en mí. No han sido pocas las veces que, a la luz de un acontecimiento me digo a mí mismo "esto está bueno para una nota", y terminan las ideas plasmadas en mis escritos.

Aunque en los últimos tiempos he procurado ser un poco más frecuente, tengo un promedio de diez días entre nota y nota, pero puede ser que ese lapso cambie, dependerá enteramente de cómo se agite la inspiración en mí. Por ahora, les traigo para el recuerdo la primera nota oficial que publiqué el 29 de octubre del 2019. Espero la disfruten y voy a seguir montando lasa demás notas. Un abrazo.

LA NOTA DEL MARTES

29 de octubre de 2019 

La semana pasada les escribí contándoles acerca de nuestra querida mascota Festiniño y su cumpleaños número 19.

A raíz de eso, me he propuesto realizar un pequeño escrito, al que he intitulado "La nota del martes", y el cual espero, sea constante en el tiempo.

Obedece más a un ejercicio de catarsis, de expresión de ideas y pensamientos, de compartir con ustedes alegrías, tristezas, ideas, opiniones, como una manera de canalizar muchas cosas de las cuales a veces se me quedan pegadas en el imaginario, pero que luchan por salir adelante. Espero pues, que esta pequeña aventura de escritura, sea de su agrado y, evidentemente, los comentarios serán bien recibidos.

Comienzo entonces. La semana pasada, un muy y gran querido amigo, sufrió un accidente de tránsito causado por una conductora que, muy oronda, se pasó un semáforo en rojo. Para fortuna de familiares y amigos, la lesión sufrida por mi amigo solo requiere reposo y analgésicos.

Yo me desplazo en moto por las calles medellinenses, y no han sido pocas las veces que he visto a conductores imprudentes de toda índole, saltarse las normas de tránsito sin el menor desparpajo, poniendo no solo en riesgo sus vidas sino la de los demás.

¿Qué puede estar pasando al interior de la mente de los infractores? ¿Es tal su desprecio por su vida? ¿Prefieren el riesgo de un accidente a compartir con sus seres queridos?

Todos los que tenemos vehículo particular, muy seguramente hemos sido multados, y muchos de nosotros aprendimos la lección y, para no volver a pagar, nos volvimos juiciosos. Por cierto, mi último comparendo fue de hace como 10 años por estar mal paqueado.

Pero no se imaginan la sensación de impotencia que me genera el ver a tanto imprudente jugando con su vida. A veces quisiera tener los poderes del Profesor X para detener los vehículos de los conductores infractores en los semáforos o los cruces de esquina, a los que no les importa ni su vida ni la de los demás.

Y no solo son los semáforos o las esquinas, o el no utilizar los implementos de seguridad. Ahora está al orden del día el estado Zombi por el uso de los celulares. Francamente no sé cómo hacen, es increíble hasta dónde puede llegar la insensatez de la gente, y veo con tristeza que las autoridades se vienen quedando cortas frente a estos hechos.

Aquí nuevamente sale a flote la falta de interés social, ese sentimiento de preocuparme por el otro porque lo reconozco como mi igual, que merece respeto y valoración, pero si el infractor no tiene amor propio, es muy difícil que lo sienta por los demás, o que me dicen de esos padres que andan en moto con sus hijos pequeños, sin las mínimas normas de seguridad, solo por mencionar un acto particular.

Hoy la invitación es a que pensemos que el fin de las normas, sean cuales sean estas, es precisamente propender a que exista una mejor coexistencia entre todos, que las mismas tienen un fin, y que, así como todos tenemos derechos, también tenemos deberes, pero más allá de la norma, debe primar el sentido común, ese que me dice que, como individuo soy valioso y debo auto cuidarme. Ese solo cambio de actitud, me conducirá a cuidar de mis semejantes.

Feliz semana

 


Comentarios

  1. Seguiré tu itinerancia hasta que está por fin logres tu máxima expansión.

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    1. Mi apreciada María Eugenia, gracias por el apoyo, procuraré seguir muy constante con este ejercicio que tanto me gusta, un abrazo

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  2. Me gusta la nota itinerante. Me cuenta de un Medellín íntimo y humano que a veces voy olvidando. Prometo ingresar al blog con alguna regularidad. Adelante Mart´´in, no desistas en el intento de escribir, así se va aprendiendo. Bonita noche, EMIRO

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