Vuelve y juega
El año pasado, les estuve narrando acerca de algunos impasses que he tenido por situaciones de desorden. En ¿Cada cosa en su lugar? les conté, precisamente de mi prótesis dental.
Traigo el tema a cuento porque ayer jueves, y siendo enterados el miércoles ya tarde en la noche, se nos invitaba a participar en una jornada de salud oral para personas de la comuna que estuvieran requiriendo prótesis dentales, por lo que nos procuramos con mi esposa la documentación necesaria, a fin de acceder a este beneficio del Presupuesto Participativo.
Madrugamos al punto de encuentro, llegamos y evidentemente ya había gente haciendo cola a la espera de la apertura.
Un poco antes de las 8:00 am, hicieron su arribo los encargados de la actividad y nos avisaron que en pocos minutos daría inicio a la jornada. La demora fue que ellos entraran.
En un momento difuso, un gran número de personas se agolpó a la entrada de la instalación médica donde nos encontrábamos, generando un caos total, tanto para los que esperábamos ingresar al programa, como para los demás pacientes del centro asistencias que se vieron impedidos para el ingreso.
Gritos iban y venían: "no se cuele... respete la fila", alguno que otro madrazo, empezaron a caldear los ánimos y el tumulto seguía.
Dos vecinas de nuestro sector, que también se encontraban esperando para el evento, al ver semejante desorden, desistieron de su estancia y nos cedieron sus puestos a mi esposa y a mi, con lo que quedamos un poco más cercanos al punto donde estaba el tumulto.
La cosa llegó a tal punto que la Policía tuvo que hacer presencia con una patrulla para poner orden en el caos. Y, quien lo creyera, el asunto funcionó. Al poco tiempo de llegar la patrulla, se logró reorganizar la fila y los encargados del programa procedieron a marcar los documentos que los pacientes habíamos llevado con un número consecutivo para el ingreso, correspondiéndonos a mi esposa el 198 y a mi el 199. Ya con ficho en mano, las cosas se tranquilizaron un poco y me pude tomar tranquilamente el segundo tinto de la mañana.No han sido pocas las historias que hemos escuchado de desordenes en las filas. Me viene a la cabeza el abuso de las gentes cuando fui a ver Aladdín en cine (la versión animada) cuando un semoviente, ni corto ni perezoso se metió a la fila ante mi pasmo y le importó cinco centavos.
O qué decir cuando en alguna institución pública, sale algún funcionario y dice "así como vienen en la fila, pasen a la taquilla de enfrente" y se arma la de Troya porque la gente no tiene en cuenta algo tan básico y elemental como lo es el respeto.
Entonces como ven, las historias si guardan relación, el desorden no ha sido solamente un asunto mío, es algo en lo que muchas veces el común denominado de la población incurre, porque dejamos de lado, precisamente, el respeto.
Terminando la historia, fueron cerca de cinco horas esperando que nos atendieran, solamente para que me programaran una nueva cita médica de evaluación para ver si tengo la fortuna de ser beneficiado con la prótesis, que por cierto, la primera que perdí, también la obtuve en una campaña de Presupuesto Participativo, pero en esa ocasión, resultó algo mas fácil, porque tuve que diligenciar una planilla y a los días me llamaron para las citas de verificación, pero bueno, el tema de los procedimientos, daría para otras muchas historias.
En síntesis, estamos a la espera de ser llamados para una radiografía y de ahí dependerá si nos aceptan o no para las prótesis, y, en caso de ser aceptados, tendremos otras cinco citas más de seguimiento y control, lo que podría conllevar a que para este año, si todo sale bien, contaré con dentadura nueva para la misma época en que, sin explicación alguna, perdí mi prótesis anterior. Amanecerá y veremos. Un abrazo.
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