Aires distintos para rutinas distintas

 

Saludos itinerantes, espero que se encuentren bien, ayer no publiqué porque andaba fuera de la ciudad, así que me disculpan la demora.

Entre miércoles y jueves, tuve la buena fortuna de recibir por parte de mi esposa, un regalo más de cumpleaños, el cual consistió en una mini escapada romántica en pareja a uno de los más bellos hoteles que he tenido la oportunidad de conocer, el Piedras Blancas de Comfenalco (publicidad sin paga, dicho sea de paso). 

Ese viaje lo íbamos a realizar la semana pasada, incluso ya teníamos reservación confirmada, pero infortunadamente, la partida al otro mundo de una amiga muy cercana nos condujo a cambiar la fecha, porque era primero el uno que el dos, y en este caso, nuestro deber era acompañar a la familia de nuestra amiga en tan difícil trance, paz en la tumba de Aracely y fortaleza para su familia y amigos. 

Al fin se llegó el día, se preparó la maleta la noche anterior, se alistaron algunos pasabocas, unas latas de cerveza y un cuartico de ron y salimos el miércoles raudos y veloces al hotel, que queda a cerca de dos horas de Medellín, por los lados del corregimiento de Santa Elena, tierra de clima bastante frío, pero con una gran riqueza natural. El lugar en cuestión es muy bonito: buena atención, buenos espacios, deliciosa comida, alejado del mundanal ruido, con servicio de transporte desde el metro cable Arvi, salvo los lunes, sendero ecológico, juegos de mesa, camping, parque recreativo, sauna, jacuzzi, museo de insectos, mariposario, lago y una mini biblioteca donde se pueden seleccionar algunos buenos libros para acompañar la estancia, además de la posibilidad de adquirir diferentes licores, para los amantes de las bebidas espirituosas. 

El sitio lo habíamos conocido en agosto, casi a la par del cumpleaños de Doris, gracias a una cortesía que nos ganamos con mi esposa, en una promoción que hicieron para personas mayores de 50 años en la caja de compensación a la que estamos adscritos, misma que he aprovechado en muy, muy poquísimas ocasiones. 

La verdad sea dicha, nos gustó el lugar y la experiencia, sobre todo por la posibilidad de sentir el contacto con la naturaleza. Creo que en otros espacios he mencionado que nosotros vivimos en un sector que colinda con zona boscosa, situación por la cual nos sentimos bastante agradecidos, de ahí que nos guste tanto la naturaleza.  

Araña aguapanela arvi
 https://acortar.link/6fe6IL 
Así que nos embarcamos en ese regalo compartido, jugamos rana (Doris ganó), gozamos del sauna y el jacuzzi, y conocimos el museo entomológico, en donde me enseñaron a ver las cucarachas de otra manera, - asunto del cual escribiré próximamente -y conocimos la araña aguapanela, una variedad de tarántula de esa región. Nos resultó muy agradable salir de la rutina, en otro espacio, creo que eso nos permite oxigenar la sangre, despejar la mente y disfrutar otras cosas en otros ambientes. 

Resultó ser un regalo de cumpleaños bastante agradable, por lo que le reitero mi gratitud a mi amada esposa Doris. Si el Supremo no dispone nada en contra, espero que podamos celebrar varios más en paz, armonía, alegría y mucho amor, porque la vida, pese a las cosas tristes y negativas que suelen suceder, es maravillosa, sobre todo cuando tenemos la buena fortuna de compartir con personas especiales que nos complementan y nos permiten vivir viendo con ojos nuevos los instantes que pasamos. Hasta la próxima.


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