Obituario a cuatro patas
Esta nota se publicó inicialmente en Facebook el 17 de junio de 2020
Hola a todos, espero estén bien. Hace rato que no escribo nada y como les prometí la semana pasada una nota para nuestro querido Festiniño, aquí la tienen.
Obituario a cuatro patas
Hace un tiempo les conté la manera en que Festi llegó a nuestras vidas, en que como, el día que estuvimos en Bienestar Familiar, no pude adoptar a mis hijastros, pero si a nuestro perro, y alguna que otra anécdota de un pequeño peludo que supo ganarse nuestro corazón.
Se apareció en casa y nadie nunca lo reclamó, al llegar parecía una oveja por la cantidad de pero que tenía, de hecho, cada vez que Doris le hacía corte, prácticamente le quitaba un abrigo, le crecía de una manera portentosa el pelo.
Una sola vez le pagamos peluquería, y en esa oportunidad le lastimaron una orejita, así que Doris siguió con esa tarea y nos alternábamos su baño entre los tres en casa.
En lo particular me divertía mucho cuando le tocaba baño conmigo, a alistar las cosas yo decía" ¿a quién le toca baño hoy?" y el perro salía, como quien no quiere la cosa, muy disimulado a su cama. Frente a este tema, todo hay que decirlo, era muy tranquilo con el baño.
Le encantaba correr y juguetear, estar pendiente de cuando salíamos y volvíamos, y brincar lleno de alegría cada vez que entrábamos a la casa, como si llevara días y días de no vernos.
Nuestra casa está cerca de un sistema montañoso, mismo que se presta para caminatas largas. En más de una ocasión Festi caminó con nosotros tieso y parejo.
Era muy tranquilo y juicioso en términos generales y salvo su etapa de esculcar las papeleras del baño, y ya en sus últimos tiempos, el rasgar el papel periódico que le poníamos por sus problemas de incontinencia, fue un poco distante con los dos hijos mayores.
Que sepamos, padre de 19 perros, de los cuales sabemos de una sola, que vive en un barrio cercano.
Enfermero fiel que estaba al pie de nuestras camas cuando alguna dolencia nos aquejaba, y solo se ausentaba para comer o beber y hacer sus necesidades y de vuelta a su puesto de cuidado.
Ya son 10 días de la partida, y todavía me levanto en la mañana y veo el plato que compartía con Izzi, la otra mascota, todavía echamos de menos sus ladridos profundos cuando se quedaba enredado con alguna silla o matera. Como les dije, fue un gran compañero que nos dejó muchas alegrías.
Gracias Festiniño Rocha Sánchez, como lo puso Sofi cuando llegó, por todo tu amor perruno. Te llevaremos en nuestros recuerdos mientras nos duren. Abrazos a todos y hasta la próxima, espero seguir escribiendo.
Comentarios
Publicar un comentario