Malos hijos

 Esta entrada se publicó originalmente en Facebook el 7 de enero de 2020

Hola todos, espero se encuentren muy bien y que hayan tenido un inicio de año muy agradable y lleno de cosas bellas.

Arranca 2020, y espero que sea un año lleno de muchos cambios positivos para nuestro bello mundo, aunque esto en rigor implica el compromiso de todos y cada uno de nosotros.

Este año en lo personal, me he propuesto escribir al menos un tweet diario, y precisamente en torno al que publiqué el 3 de enero, quisiera hacer mi apunte de hoy.

"Día 3. Me indignan los hijos conchudos, aquellos capaces de pedir prestada plata a los padres y que no les pagan, los que "acompañan" a cobrar la pensión para que les "presten para luego pagarles", los que nunca están, los que, pudiendo, no cuidan una gripa. Esos son malos hijos"

Es triste y lamentable hasta dónde pueden llegar los alcances de algunos hijos, capaces de quitarle todo a sus progenitores, de maltratarlos, amenazarlos, abandonarlos.

Llega un momento en la vida de nuestros padres en que vuelven a ser niños, y el deber ser de los hijos, consiste en asumir ahora el papel de padres y cuidarlos y velar por ellos de la misma manera en que la gran mayoría de ellos cuidaron de nosotros a lo largo de nuestras vidas.

Puedo entender la postura de algunos hijos que han podido tener experiencias desafiantes respecto a sus padres por no ser precisamente ejemplo por seguir, sino que más bien se han encargado de traerles sufrimientos, infortunadamente de esos abundan también, situación que será tema de una reflexión posterior.

No se ustedes, pero por fortuna para mí, conté con un muy buen hogar, no voy a decir que todo en la vida de familia fue perfecto, se dieron situaciones difíciles, dolorosas, pero eso no es razón para que venga a decir que todo fue malo, ni más faltaba.

Mis padres me enseñaron los principios fundamentales, temor a Dios, valor del trabajo, honradez, generosidad, alegría, respeto hacia los demás, el mérito del esfuerzo, razón por la cual me siento muy agradecido, y en la medida de lo posible, a lo largo de los años, he procurado corresponderle con lo que ha estado a mi alcance, aún a pesar de la distancia.

Hace muchos años, debido a un aprieto económico que tuve, me vi en la necesidad de pedirle a mi padre que me ayudada a conseguir en préstamo cierta cantidad de dinero a fin de poderla pagar en cómodas cuotas mensuales. Para no hacer largo el cuento, se logró el objetivo y cumplidamente pague el dinero en el plazo establecido, porque eso es lo que corresponde cuando se nos inculcan valores y honestidad.

Me hierve la sangre cuando oigo historias de cómo los hijos se aprovechan de sus padres, cómo algunos llegan a extremos como apropiarse de las pensiones, hacer préstamos sobre las mismas, no cumplir con sus obligaciones y, en consecuencia, atentar contra el bienestar de sus ancianos padres, Me duele el maltrato, el abandono al que son sometidos tantos padres, sea por su edad o por enfermedades, en donde los hijos no toman una postura de amor y caridad con aquellos a quienes le dieron la vida.

Muchos de ustedes saben que vivo lejos de mi madre, pero, aun así, procuro estar al tanto de sus cosas y en la medida de lo posible, he tratado de acompañarla cuando ha habido la oportunidad. 

Quienes honran a su padre y a su madre, pueden tener la absoluta seguridad que serán bendecidos por la vida. Quienes se preocupan por ellos y velan por su bienestar, serán altamente recompensados.

Y este mensaje final es para los malos padres. DESPUÉS NO SE QUEJEN DE LO QUE LES PASE, uno en la vida debe sembrar para cosechar. No sean mezquinos con sus hijos. sí dejaron de vivir en pareja, tengan la entereza de asumir sus responsabilidades y obligaciones, sus hijos no tienen la culpa de sus equivocaciones y su mal actuar. O si no van a responder, al menos tengan la decencia de no influir de manera negativa en el desarrollo de sus hijos.

Abrazos a todos y espero tengan una estupenda semana.

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