Una aplicación para cambiar el mundo

 

Imagen tomada de https://acortar.link/gstCc3 

Hoy comparto una idea que, de llegar a hacerse realidad, seguramente va a cambiar muchas cosas.

Huelga decir que, si alguien la llega a volver realidad, espero los créditos correspondientes de coautor y los réditos que me merezco.

Imagínense que van por la calle, pensando en sus asuntos y en esas, ven una persona que viene hacia usted, con la cabeza agachada y nota que sus manos parecieran sujetar algo. Entonces, a 10 metros de distancia, su celular empieza a sonar como loco gritando “ladrón, ladrón”, inmediatamente las personas a su alrededor se percatan de que algo está pasando y el personaje de la cabeza gacha y las manos que sostienen algo sospechoso, al verse descubierto, emprende la huida, momento en el cual su celular vuelve a quedar en silencio. 

La aplicación en cuestión se llama App-tencional, que viene siendo como “aplicación de intenciones”, un sistema diseñado para percibir las intenciones de la gente, aprovechando el principio de las “vibraciones” que a veces utilizamos al referirnos a los demás. ("Ese tiene mala vibra"). 

O qué tal esta situación. Usted está en una subasta pública, de esas que hacen las administraciones locales para los diferentes programas de interés social, y estando en esas, cuando los oferentes están presentando sus sobres sellados, salta la alarma del celular gritando “corrupto, corrupto”, cuando el oferente número tres pone su sobre en la mesa. Y cuando salte el político interesado en ese oferente, indignado por ese escándalo, la alarma empiece a gritar “más corrupto, más corrupto”. 

Otro ejemplo. Le llega un primo o un amigo para que le sirva de fiador. Usted, disimuladamente saca su celular y ve que la pantalla está parpadeando verde, que indicaría que ese primo o amigo tiene buenas intenciones y que tiene la disposición de no hacerlo quedar mal, o lo contrario, aparece la pantalla en rojo, momento en que usted le dice a la persona que lo tienen embargado por haberle servido de fiador a un miserable que se aprovechó de su buen corazón. 

Como pueden ver, las aplicaciones serían muchísimas: saber las intenciones del futuro novio; si le están poniendo los cachos; si sí le tramitaron la orden en la EPS; si le están pidiendo para un pan; si el hijo se está relacionando mal, etc. 

Eso sí, como toda aplicación, puede tener sus vulnerabilidades, porque saliendo al centro de la ciudad, estaría gritando ladrón cada dos por tres, o vociferando corrupto en un consejo comunitario a cada rato. 

Pero ahí es donde entraría el ingenio del programador, poder crear los filtros mas acertados, personalizar las respuestas, hacer las interconexiones para recibir el apoyo de las autoridades correspondientes, esa parte si se la dejo a los más genios, yo aporto solamente la materia prima intelectual. 

Ahora, será buena o mala la aplicación, dependerá del uso que se le dé, como todo lo que sucede con la tecnología. ¿Se corre el riesgo de dejar de lado nuestra percepción de los demás?, bueno, eso no sería novedad, ya mucha gente anda desconectada del sufrimiento ajeno. 

Estamos tan polarizados que ya poco o nada vale lo que los demás sienten, y muchas veces pagan justos por pecadores. En las calles diariamente vemos montones de personas pidiendo ayudas, y es imposible ayudarles a todos, y peor aún, es muy, muy difícil saber quién en verdad pide porque está necesitando, con todo lo que sale a la luz: bandas de mendigos, instrumentalización de menores de edad, habitantes de calle que piden para un pan y se fuman la plata con cuanta porquería encuentran, gente que se aprovecha del buen corazón y se beben lo que consiguen, solo por mencionar algunos casos. 

Tal vez algún día la humanidad encuentre el punto de equilibrio ideal en donde todos podamos vivir dignamente, donde no se pasen penurias, un mundo sin odios, ni guerras, ni enemistades de cualquier índole, un mundo más humano, de más empatía, por el simple hecho de pertenecer a una misma especie, entonces ahí mi App-tencional perdería su utilidad. Les dejo la idea, eso sí, no me olviden cuando la hagan realidad.