Sospechas navideñas

El día arrancó nublado, la temperatura estaba baja, pero se prestaba perfectamente para iniciar nuestra caminata matutina. Al poco de estar caminando, una figura colorida llamó mi atención. Estaba boca arriba encima de un techo de lata, perteneciente a un puestico de ventas de tinto. No vi ni renos, ni trineo, ni bolsa de regalos, solo aquel personaje barbón enfundado en su clásico vestido rojo, durmiendo a pierna suelta. “Mirá a aquel, así no va a llegar a ninguna parte” le dije a mi esposa, quien hasta ese momento no lo había detallado. “Jum, quien sabe donde lo trasnocharon jajaja” fue su respuesta. Así que cuando lo vi de esa manera, sospeché que muchas personas no iban a tener una Feliz Navidad. Por lo general, estos tiempos de fin de año, envueltos en unas fuertes costumbres navideñas para la mayoría de las personas, se caracterizan por varias cosas: gente a montones en los comercios, en los mercados, idas y venidas a donde los familiares, reencuentros, reconciliaciones, peleas ...