Cuando las apariencias engañan
Saludos, a todos y espero que se encuentren bien. Nuevamente en casa, luego de un breve período en compañía de mi esposa y algunos de mis familiares en Villavicencio, mucho calor, pero muy sabrosa la estancia.
El simpático perro que aparece
en la foto es la mascota de unos vecinos, quien responde al nombre de Anubis,
perteneciente a la raza pitbull y sus cuidadores se esmeran mucho por su bienestar,
al igual que el de las otras mascotas que tienen. Reconozco que la primera vez que
lo vi, me causó cierta prevención porque, créanlo o no, suele tener cara de mal genio, y así muchos no lo crean, pero en verdad yo si siento y veo que los
animales de compañía son capaces de cambiar sus expresiones. Anubis es un perro muy amable, tranquilo y juguetón, aunque eso sí,
cuando ladra, lo hace con mucha energía y puede ser un poco intimidante.
Lo cierto del caso es que Anubis
me ha llevado a recordar que, hace muchos años, yo también llegué a tener fama
de mala clase en mi barrio y más especialmente en mi cuadra, y no porque fuese
mala persona, sino por ser extremadamente serio. De hecho, cuando llegué a la
universidad, creo que por algún tiempo llegué a cargar cierta aura algo fría
hacia los demás, por ser muy cerrado y reservado. No sé qué piensen mis
compañeros de aquella época, pero lo cierto es que con el tiempo creo que logré
hacer buenas migas con todos y llegar a ser simpático para la inmensa mayoría, incluso
tuve fama de hablador y preguntón en clase, de hecho, una vez una profe me
pidió silencio para dejar hablar a los demás.
Y si hay algo que permite
cambiar para bien es la convivencia. En estos días recordábamos con mi esposa y
mi familia en alguna de nuestras tertulias, que en un principio yo a ella no le
parecía muy simpático por malgeniado, y eso que procuraba ser muy paciente en
aquel tiempo cuando tuve mi segundo coro de niños en la parroquia. Por fortuna,
la sana convivencia nos ha permitido crecer como personas y mejorar aspectos
que en un momento creímos que no serían posibles de modificar. Si es posible
cambiar para mejorar.
Creo que esto es prueba de
aquel famoso adagio “las apariencias engañan” y muy seguramente muchos de
nosotros en diferentes momentos, hemos llegado a juzgar al otro por cómo se ve,
a veces de manera injustificada. Para no ir lejos, en estos días Carolina
Gómez, una muy recordada reina de belleza colombiana, actriz y presentadora, se
despachó en contra de aquellos que la criticaron por su aspecto: “Todos nos
vamos a arrugar, todos estamos sometidos a la ley de la gravedad, todos tenemos
que oxidarnos y envejecernos.”. En otras palabras, a todos, el tiempo nos pasa
factura, aunque hay muchos que lo quieran disimular de mil maneras: bótox,
cirugías, cremas y un largo etcétera.
Y más allá de cuidar nuestro
aspecto físico por temas de salud, creo que es fundamental cuidar de nuestro
aspecto personal, nuestra manera de ser y de relacionarnos con los demás. Yo ya
pasé la línea de los 50, lo que me ha permitido consolidar vínculos con
personas muy puntuales, pero eso no quiere decir que no pueda seguir conociendo
y cultivando amistades.
Desde hace años tengo más
entradas en la cabeza que el Atanasio Girardot, de ahí que ya mi corte de
cabello sea tan corto todo el tiempo, ya no tengo la misma fuerza ni el vigor
de antes, pero creo no equivocarme al decir que me siento contento porque puedo
compartir con los demás en buenos términos y en la gran mayoría de situaciones
me siento aceptado y querido.
“Caras vemos, corazones no
sabemos”, sin embargo, creo que es necesario no estar siempre tan prevenidos, no
sabemos que historias podamos conocer de un rostro adusto ni que corazón de oro
haya por ahí a la espera de ser encontrado y valorado.
Y a ustedes, ¿los han visto de
pronto con malos ojos? cuéntenme.
POSDATA: Aprovecho para
extenderles la invitación por si quieren hacer parte de la nota con alguna
historia que quieran compartir. Pueden hacérmelo saber en los comentarios. Un
abrazo y hasta la próxima.
POSDATA II. Servicio social.
Hablando de cuidadores de animales, tengo una vecina, adulta mayor que, en la
actualidad está cuidando de cuatro perros y en estos momentos está pasando por
una difícil situación económica. Si alguien a bien tiene y puede apoyarla con
alguna ayuda, sea económica o en especie, por favor hágamelo saber. El alimento
que emplea es Ringo croquetas. Muchas gracias.
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