Crónica para no perder la esperanza cuando no me leen

 

Imagen tomada de https://acortar.link/KzkNrU  

– ¿Qué te pasa? – Preguntó la Serenidad.

– Estoy pensando… ¿realmente vale la pena esto que trato de hacer?, siento que voy como el cangrejo, cada día más de para atrás.

–¿Y por qué dices eso? ¿Acaso no recuerdas por qué empezaste a escribir?


En ese momento me detuve a pensar, y Serenidad tenía razón. Cuando comencé mi nota, el fin era uno, hacer una catarsis personal a través de las palabras, soltarlas al viento, dejar que volaran y llegaran hasta donde pudieran hacerlo.


– ¡Pero tú has visto los números! – le dije, tratando de defenderme. – 22 personas leyeron la última nota. 22. Y eso que estaba dando cuenta de una experiencia de ciudad como lo fue la Fiesta.

–¿Y? – me dijo impávida la Serenidad. –¿Qué tiene eso de malo? Son 22 mundos a los que has alcanzado contando tu experiencia. Eso es sí ya es un mérito.


 ¿Cuántas personas dicen cosas que nunca llegan a ser transmitidas? ¿Cuántos han dicho máximas que nunca se escribieron y se perdieron en el viento? Tu al menos puedes dejarlas plasmadas, pero lo más importante, es que se trata de un vehículo para sacar de tu interior eso que piensas y sientes. 


Puede que no todo le interese a todo el mundo, pero con total seguridad, muchos se pueden identificar con lo que dices y seguramente has sacado más de una sonrisa y permitido aflorar más de un recuerdo.


– Además – continuó Serenidad – nadie dijo que esto fuera a ser fácil. Que de la noche a la mañana ibas a tener a un grupo nutrido de lectores ávidos por tus palabras. ¿O cuanto crees que se demoró Tolkien para completar la trilogía de El señor de los anillos? ¿O tu apreciado King en completar La torre oscura? ¿O el Gabo con sus Cien años de soledad?

El tiempo es relativo, si no, recuerda este chiste:

 

Un hombre rezando, le pregunta a Dios:
- Señor Dios, tú que lo sabes todo, ¿Qué es para ti un millón de años?
- Pues menos de un segundo...
- ¿Y un millón de dólares?
- Menos de un centavo...
- ¿Ah sí? ¿Me das entonces un centavo?
- Claro que si amigo, ¡en un segundo!

                                  (https://vic.bg/chistes/el-mill%C3%B3n-de-d%C3%B3lares-y-el-centavo)


- Roma no se construyó en un día – continuó Serenidad – No pierdas el ánimo. Tu escribes porque encontraste en esto una forma de dejar salir de ti muchas cosas, es una suerte de medicina para tu ser, mejor que muchas de las porquerías que usa la gente hoy en día, así que no pierdas el brío. ¿Cuántas entradas tienes en tu blog?

- Esta sería la número 15.

- ¿Y cuantas tienes acumuladas con lo que publicaste antes de volcarte al blog?

En este punto, tuve que mirar mis archivos. – 59 sin contar esta.

- ¿Y entonces cuántas personas crees que han llegado a leer tus pensamientos, sueños, alegrías y tristezas?


Y aquí me quedé frío. Serenidad tenía razón. Muchos han seguido este sencillo ejercicio, incluso sé que me han leído personas de diferentes latitudes, entonces creo que lo que hago vale el esfuerzo.

 

En su espacio dentro de mi mente, Serenidad disfrutaba de su tinto al igual que yo.

 – Siéntete a gusto contigo mismo – me dijo – Más allá de la aceptación que recibas de los demás está tu aceptación propia, eso es algo que has procurado llevar adelante siempre, no eres muy dado al qué dirán, así que no te desanimes – Dijo sonriendo.

 

Así que, aquí estoy nuevamente renovando este compromiso personal de catarsis, contento conmigo mismo y agradeciéndoles infinitamente a aquellos que me leen, sean pocos o muchos.

 


Comentarios

  1. Cuando se plasman pensamientos, lo último que se quiere es atraer personas, la idea es generar espacios que nos permitan desahogarnos, soltar las cargas que a veces nos ralentizan el camino y esperar que en el momento menos pensado estas palabras sean lo que precisamente alguien estaba buscando.

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    1. Cierto es mijo, es algo que requiere constancia, al final, alguna cosilla llega a quien le corresponde, un abrazo

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  2. Mi querido Martin Leonardo, lo hablamos tantas veces en momentos de emoción desbordada frente a lo que me enseñabas y yo, con toda mi fe puesta en ti siempre te dije y te diré...para adelante. Hoy con más ahínco, pues Serenidad tiene toda la razón. Un abrazo

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