De sustos y alegrías


 

Hola a todos, espero que se encuentren muy bien.

¿A cuántos de ustedes les ha pasado que, en medio de una posible situación angustiosa, se desata todo un mar de felicidad al escuchar buenas noticias?

Ayer viernes en la mañana, fue uno de esos momentos, todo porque nuestra Sofi nos ha sabido meter un susto enorme. Estábamos con Doris a la mesa desayunando, cuando de pronto Sofí irrumpió en la sala hecha un mar de lágrimas. Inmediatamente con mi esposa nos alarmamos, pensando que había sucedido algo malo, máxime cuando ya Sofi venía con una tristeza muy grande por la trágica partida de una amiga de ella hace unos días.

Aún limpiándose sus lágrimas, pronunció cuatro palabras que, sin lugar a duda, logran cambios sustanciales en la vida de cualquier persona: “Pasé a la universidad”. Sobra decir que pasamos del estupor a la felicidad e inmediatamente nos abalanzamos sobre ella para felicitarla.

Sofi es una joven cercana a la veintena, que ha venido gestando su pasión por la música desde hace ya hace algunos años, comenzando su travesía en la Escuela de Música Miraflores de la Red de Escuelas de Música de Medellín, mediante el estudio de flauta traversa y, en su afán por mejorar, poco antes de finalizar el 2016, manifestó su deseo de adelantar cambio de colegio al INEM de Medellín y poder así terminar su bachillerato en artes para potencializar lo que venía haciendo en música. Lo cierto del caso es que un día nos dijo,” me quiero cambiar de colegió”, y a los pocos días me dijo “Pa, mañana tienes que ir a firmar la matrícula al INEM”. Ahí fue donde empezó a independizarse aún más de nosotros, a moverse en colectivos y Metro y a seguir cultivando su gran pasión.

Al graduarse en el 2019, tenía claro que quería seguir estudiando música, así que se presentó al preparatorio en la Universidad de Antioquia y ya en plena pandemia, presentó su prueba de admisión, con tan buena fortuna que logró pasar. No han sido pocas las lágrimas que ha derramado, al igual que nos ha podido pasar a muchos de nosotros que hemos pasado por las aulas de la educación superior, dado que la exigencia es a otro nivel y no siempre la cabeza puede darnos para tanto, pero con tesón y dedicación, Sofi ha sabido salir adelante.

Actualmente Sofi hace parte de la Banda Sinfónica de Itagüí, donde se siente muy a gusto y ha aprendido montones también. Ya hay que esperar que inicie el semestre académico en octubre, porque con las dinámicas de la U de A, andan un poco retrasados en la Facultad de Artes. De ahí en adelante, le esperan cuatro años para alcanzar su título profesional, si las circunstancias son propicias.

Sofi ha sido afortunada, no todos los que aspiran a un cupo en la universidad lo logran, mucho menos a la primera, pero ella lo logró, y en casa nos sentimos muy orgullosos por ella, máxime que va a seguir estudiando algo que la apasiona como no llegamos a imaginar que lo hiciera. Van a venir tiempos complejos para ella, no solo en lo académico, también en lo social, lo laboral y otras muchas cosas que trae consigo la adultez.

Esperamos poder tener la oportunidad de seguir acompañándola y apoyándola en esta nueva aventura, pero, sobre todo, esperamos que sea feliz y que se sienta realizada con los pasos que está andando.

No olviden suscribirse al blog, comentar y compartir, me gustaría también conocer sus opiniones. Un abrazo y hasta la próxima

 


Comentarios

  1. Una felicitación especisl a la sofi y a su familia, no es fácil, pero cuando hay luchas y esfuerzos se pueden realizar los sueños

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi querida amiga, gracias mil, tu y yo sabemos lo que implica estar en la u, por eso es que la amamos tanto

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Otra vez, no es más que un hasta luego

Astrid

Don Mario